Relato breve de un camino largo
 

 Y fui en busca del lugar de la Luz... mi espíritu salió de la Fuente de toda Vida, donde toda Verdad es creada, partió viajero y curioso en busca de lo que ya conocía, en busca del hogar que abandonaba

Voló en rápido y certero vuelo hacia la tierra de Malchut donde la Madre viste a los recien llegados con su traje de ternura y la Mater me vistió una vez más con cuerpo de mujer, con sentimientos de mujer, con mente de mujer. Mi alma femenina hecha viento recorrió los espacios infinitos de la Mater, montañas, valles, lagos. Verdes y azules que destellaron con brillos dorados. La Tierra Iluminada, la Mater como fue en su origen, como será en su destino, desplegó ante mi toda su hermosura cubierta de árboles, cascadas, seres alados y de cuatro patas hasta que ya no pude resistir tanta belleza.

Entonces, del espejo de sus ojos surgió mi reflejo entristecido, luz cegadora y perfecta, misterio de fe y sabiduría, que imploraba el regreso al Hogar. "Permite que recorra el Camino de Retorno, ayúdame a llegar al sendero de la Eternidad" dijo mi espíritu, y entonces comprendí que su anhelo era el mío, que sus palabras eran las mías, pero, ¿qué podría hacer yo si mi memoria estaba perdida para siempre?. "Dar", dijo mi reflejo, "Servicio", añadió, y la mano del ángel del Amor descendió para poner en mi dedo el anillo del recuerdo, el anillo que me guiaría en el regreso.

Recordé por fin, que sólo a través del Amor me sería posible retornar al Lugar de la Luz y volviendo a la Mater, di cuanto podía dar, y serví cuanto sabía servir. Y entonces pude descubrir que ya estaba en el Hogar, pues la Mater, estrella resplandeciente de Amor suspendida en el Universo, era el Lugar de la Luz.