ABANDONADA A SU DOLOR
Abandonada a su dolor, un día
En que la sombra la envolvió en su velo,
Me dijo el corazón que ella vendría
En el milagro espiritual de un vuelo.
Abrí los pabellones solitarios;
iluminé los vastos corredores;
quemé la mirra de los incensarios,
Y el frío mármol alfombré de flores...
Llegó, cansada de volar... Yo dije:
Alma, mujer inspiradora, rige
Mi vida entera para siempre. Arde
Como la mirra el corazón que inmolo...
¡Amor no llega demasiado tarde
A quien se siente demasiado solo...!
AGUSTÍN ACOSTA
Cuba - (
1886 - 1979 )